sábado, 19 de julio de 2014

Arroz con verduras.

El arroz es otro de esos productos que admiten de todo, y que con un buen fondo, lo normal, es que salga rico.

Fue el producto con el que me lancé a cocinear, hacer un plato prácticamente sin grasa y que podía comer los fines de semana tras tanta semana a pechuga de pollo a la plancha y verdura. 

Mi madre además hace un "arroz de pueblo" como lo llamamos, como lo hacía mi abuela Inés, con chorizo, un poco de bacon, patata, coliflor ... con las cosas que mi abuela tenía normalmente y que sabía a gloria bendita.

El arroz con verduras habitualmente lo hace mi madre, pero lo que me gusta realmente es estar en la cocina con ella y hacerlo las dos.

Ingredientes:

   - 2 vasos de agua de arroz.
   - 1/2 cebolla pequeña.
   - 2 dientes de ajo.
   - 1/2 pimiento verde mediano.
   - 1/2 pimiento rojo mediano.
   - 1/2 tomate maduro mediano.
   - 1 docena de judías verdes.
   - 2 zanahorias medianas.
   - 1/2 calabacín mediano.
   - 200 gr. de jamón serrano.
   - 1 cucharada de carne de pimientos choriceros.
   - Aceite.
   - Un chorro de vino blanco.
   - Sal. 
   - Azafrán y colorante.
   - Caldo de carne o de verduras (o 1 pastilla de caldo de carne).

Lo primero es picar la cebolla, los ajos y el pimiento muy pequeño, quitar la piel al tomate y triturarlo y reservar todo por separado; es lo que nos va a permitir hacer un buen fondo.

Hay que pelar las judías verdes y las zanahorias y cortarlas en juliana, pero no muy pequeña, y el calabacín en bastones. Se puede añadir también un poco de coliflor, en trozos pequeños, que con el arroz está muy buena, o un poco de alcachofa también cortada en juliana. Al final, las verduras que más te gusten.

Hay que picar el jamón serrano también en bastones y reservar.

Cuando todo está preparado es cuando me gusta ponerme a guisar. En una cazuela o mejor en una paellera hay que poner un poco de aceite y comenzar con el fondo: la cebolla, el ajo y el pimiento, y cuando todo está pochado hay que añadir el tomate triturado, y cuando se le han dado unas vueltas la carne de pimiento choricero.

Una vez que está el fondo hecho, hay que añadir las verduras y el jamón serrano y sofreír todo. El jamón serrano se puede cambiar por pollo en trocitos muy pequeños, por lomo, solomillo de cerdo, etc., pero ciertamente el jamón serrano le da un toque que personalmente me gusta más, el pollo y el cerdo pueden ser más insípidos.

Una vez que está todo sofrito hay que echar el arroz y darle también unas vueltas, para ir añadiéndole el caldo de verduras o de carne.

Para hacer el caldo de verduras hay que poner cebolla, puerro, zanahoria, y las verduras que tengas a mano para que sea un poco consistente; tiene que estar cociendo al menos 45 minutos y tras ello hay que rectificarlo de sal, añadirle un poco de azafrán y de colorante.

Y para hacer el caldo de carne es suficiente con un esqueleto de pollo, una punta de jamón serrano, un poco de falda de cordero, un trozo de churrasco de ternera y puerro, cebolla y zanahoria. Tiene que cocer al menos durante 1 hora y 1/2, espumarlo, añadirle sal y un poco de azafrán.

La medida tradicional es 1 a 2, es decir, el doble de agua que de arroz. Si no tienes caldo de verduras o carne con una pastilla de concentrado de caldo y agua se puede solucionar perfectamente.

Hay que arreglar el arroz para que cueza y se haga: sal, azafrán, colorante, un chorro de vino blanco y a dejarlo que se haga.

Cuando casi el arroz está hecho hay que probarlo para rectificar la sal e inmediatamente sacarlo del fuego y taparlo para que repose.


viernes, 18 de julio de 2014

Croquetas de calamares en su tinta ... sí, calamares en su tinta.

Hace ya unos meses en la típica degustación de productos, un establecimiento de alimentación tenía diferentes tipos de croquetas, todas lógicamente de una misma casa que quería promocionar en su establecimiento. 

Hasta ahí nada del otro mundo, pero cuando me pongo a hablar con el comerciante, alguien conocido para mi, me comenta que las que están haciendo furor son las croquetas de calamares en su tinta!

La verdad es que me llamaron mucho la atención, y antes incluso de probarlas compré unas pocas para tomarnos un aperitivo en casa ese mismo día. Hice buena compra, estaban deliciosas, pero también es cierto que pensé "esto lo tengo que hacer".


Y hace unos días me metí en harina (nunca mejor dicho), aunque yo las hice de chipirones, no de calamares.

Ingredientes:

- 3 ó 4 chipirones o calamares, pero que sean medianos, que no sean muy grandes.
- 1 cebolla más bien grande.
- 2 ajos grandes.
- 1 pimiento verde mediano.
- 1 tomate mediano triturado.
- 1 chorro de vino blanco.
- 1 vaso de caldo de pescado.
- 1 cucharadita de tinta de calamar.
- 4 cucharadas de harina.
- leche.
- sal.
- pimienta blanca.
- nuez moscada.
- aceite de oliva y mantequilla.

Preparación.

Lo primero que hay que hacer es preparar los chipirones, es decir, limpiarlos perfectamente y trocearlos en trozos muy pequeños y reservarlos.

Lo segundo hay que preparar las verduras: picar la cebolla, el ajo y el pimiento verde muy finos y triturar el tomate. Poner en una cazuela un poco de aceite y añadir la cebolla y el ajo con un poco de sal, darle unas vueltas y pasados unos minutos añadir el pimiento verde. Una vez que está pochado hay que añadir el tomate triturado y continuar sofriendo todo.

Una vez que tenemos el sofrito hay que añadir el caldo de pescado y un chorro de vino blanco, añadir la tinta de calamar y rectificar de sal, cuidado porque la tinta de calamar suele ser un poco salada.

Hay que dejar cocer todo varios minutos para posteriormente triturar la salsa, ya sea con un pasapurés o con unas varillas eléctricas. Cuando está todo triturado se vuelve a poner al fuego.

En una sartén con un poco de aceite, muy poco, se ponen los chipirones picados que antes habíamos preparado y reservado para que se doren un poco, y cuando están dorados, en apenas 3 ó 4 minutos, se añade a la cazuela que habíamos dejado de nuevo al fuego. Ahí tiene que cocer todo al menos 10 minutos para que cojan todos los sabores.

Una vez que está hecho se puede empezar a hacer masa de las croquetas. En una sartén se añade una nuez de mantequilla y el aceite de oliva, se añaden las 4 cucharadas de harina y se tuestan bien para que no queden crudas y sepan a harina. Cuando el harina está tostada hay que ir añadiendo poco a poco los chipirones en su tinta, comenzando por la salsa, para ir haciendo la bechamel, y en el caso de que todavía se quede la pasta muy dura se puede añadir un poco de leche. 

Una vez que la masa tiene la consistencia necesaria (un poco dura por que si no es complicado hacer las croquetas) se añade la nuez moscada, la pimienta blanca y se rectifica de sal, y con eso se deja unos minutos cocer para terminar.

La masa tiene que enfriarse y posteriormente hay que hacer las croquetas, cada uno como quiera (croqueta tradicional, bola ...) para pasarlas por harina, huevo batido y pan rallado; puede hacerse un doble rebozado, lo que supondría pasarlas de nuevo por huevo batido y pan rallado. 

Tras eso simplemente freírlas en abundante aceite y una vez fritas sacarlas a un papel absorbente para desechar el exceso de aceite y ... buen provecho!

 

Tosta de pollo.

Qué mala es la ociosidad!!!

Tarde de viernes, en julio y con mucho calor, eso supone que estoy en casa haciendo ... NADA. Y llega la hora de la cena ... y no sé lo que me apetece y lo que no me apetece, pero se que me apetece algo "diferente" como dice mi sobrino.

Muy mal rollo, primero pienso en unas tostadas con aceite. Hay pan de cereales y ese pan tostado y con un poquito de buen aceite de oliva está delicioso, pero tampoco me convence. Eso supone que al final me voy a poner a cocinear alguna guarrada para cenar. 

Y dicho y hecho, me acuerdo de que hay pechuga de pollo recién comprada, y verduras siempre hay en casa. Al final una tostada de pollo.


Ingredientes:

     - Pan para tostar, del día anterior me suele gustar más para esto.
     - 1 pechuga de pollo cortada en daditos.
     - 1 cebolla.
    - 1 pimiento verde, o 1/2 pimiento verde y 1/2 pimiento rojo.
     - 2 tomates maduros.
     - 1/2 calabacín pequeño.
     -  4 ó 5 champiñones.
     - 2 ajos.
     - 4 lonchas de queso tierno.
     - 1 cucharadita de harina.
     - Un poco de leche.
     - 1 chorro de vino blanco.
     - Sal, pimienta blanca y nuez moscada.
     - Una pizca de tomillo.
     - Aceite.

Lo primero es cortar el pan para conseguir 2 tostadas de cada pedazo de pan de 10 cms. de largo, rectangulares y bien niveladas para que no se caiga lo que pongas encima. Se puede utilizar también una rebanada de pan de hogaza o de algún otro tipo de pan.

Hay que poner el horno y en el gratinador tostar las rebanadas de pan por ambos lados, más que nada para que cojan un poco de color, pero cuidado no os pase lo que a mi, que "se me olvidaron" y lo que saqué era lo más parecido a unos trozos de carbón que había visto últimamente, lógicamente con la consiguiente humareda en la cocina, olor en casa, etc.

Hay que ponerse a hacer la base de la tostada con las verduras. Picar la cebolla muy fina, los ajos y los pimientos y ponerlos en una sartén con un poco de aceite y de sal para que todo se poche. Otra opción es ponerlo todo en un recipiente apto para el microondas, ponerle un poco de sal y un poco de vino blanco y meterlo al micro para que se empiece a pochar, y cuando la cebolla está transparente y se ha evaporado el líquido, pasar todo a una sartén con un poco de aceite para que se termine de pochar, de esa forma se utiliza menos aceite, pero el resultado quizás no sea tan bueno.

Hay que pelar los tomates y cortarlos también en daditos pequeños y añadirlos a la sartén para que se hagan con un poco de sal y una pizca de azúcar para quitar la acidez del tomate. Se va a ir haciendo poco a poco y con las verduras se van a quedar muy blandos, deshechos, casi como una mermelada.

Hay que aprovechar para picar el calabacín en daditos muy pequeños para añadirlos a la sartén. El calabacín se tiene que quedar al dente, frente a lo que ocurre con el resto de las verduras, y una vez que están así se reservan.

Se limpian los champiñones y se lonchean y se ponen en una sartén con un poco de aceite y sal a pochar. También se pueden empezar en el microondas con un poco de vino blanco y sal y terminarlos en la sartén con un poco de aceite. Por supuesto que el champiñón es opcional, al que no le guste que no se lo ponga y asunto arreglado.

Hay que trocear la pechuga de pollo en dados pequeños, también se puede utilizar carne picada, filetes de solomillo o lomo de cerdo, o carne de ternera. Y con un poco de aceite, sal, pimienta blanca, nuez moscada y tomillo, se hace en una sartén. El aceite que se utiliza es poco y para que la carne se termine se le añade un chorrito de vino blanco. Cuando el alcohol se ha evaporado y han pasado varios minutos se escurre la carne y se reserva por separado tanto la carne como el jugo que haya soltado.

Hay que hacer una bechamel para lo que utilizaremos el jugo que hayan soltado los champiñones y la carne y si necesitamos un poco más de líquido, porque tiene que quedar clarita, un poco de leche. A la bechamel también le añadiremos un poco de sal, pimienta blanca y nuez moscada, pero cuidado porque hay que hacer muy poca cantidad e insisto en que quede clara, nada de espesa.

Tenemos todo para montar la tostada. Lo primero hay que poner una capa del sofrito hecho con los tomates y las verduras, y encima una fina capa de bechamel, más que nada para sujetar la próxima capa que será la de la carne. Encima de ésta también un poco de bechamel porque tendremos el mismo problema para sujetar la siguiente capa en su sitio, que será la de champiñón. Por último hay que poner unas lonchas de queso tierno y meterlo al horno para que se gratine.

El resultado es curioso, y la verdad es que si se controlan las especias sale bastante rico, y algo "diferente" como decía al inicio para cenar, pero vamos, que utilizando rebanadas de pan se puede hacer para tener un picoteo muy agradable.



jueves, 10 de julio de 2014

Escalopines con chips de calabacín.

Tenía la idea de carne rellena, pero en trozos pequeños, en escalopines; trozos rellenos con algo que fuera compatible con la nata para poder hacer una salsa con base de este producto y finalmente me lancé.

Ingredientes:

     - 6 filetes de magro de cerdo (también pueden ser de ternera, solo que en este caso serán más grandes y posiblemente se necesiten menos).
     - 1 loncha de jamón serrano de 1/2 cm. de grosor.
     - 1 calabacín pequeño.
     - 1 cebolla pequeña.
     - 1 pimiento verde.
     - 1 puerro. 
     - 2 ajos.
     - 1 frasco de paté (campaña, pimienta, finas hierbas, del que se tenga a mano).
     - Nata líquida.
     - Queso tierno.
     - 1 cucharada de harina.
     - Vino blanco.
     - Sal, pimienta, tomillo y nuez moscada.
     - Aceite.

Preparación. 

Lo primero es preparar todos los ingredientes, así cuando los vas a utilizar ya están listos y no pierdes tiempo: hay que cortar en juliana fina la cebolla, el pimiento verde y el puerro y reservar por separado; hay que picar muy fino el ajo, y el calabacín hay que cortarlo en dados de 1 cm. aproximadamente, salvo un último trozo que hay que cortarlo en ruedas finas; y el jamón serrano hay que cortarlo en taquitos pequeños.

Para hacer la farsa con la que rellenar los escalopines, hay que poner en una sartén el ajo, la cebolla y el pimiento a pochar, y cuando está casi pochado hay que añadir el jamón serrano, darle unas vueltas y pasados varios minutos añadir los tacos de calabacín. Hay que darle una vueltas en el fuego y quitarlo para que el calabacín se haga poco y reservarlo. Cuidado con la sal puesto que el jamón serrano ya tiene sal suficiente. 

Una vez que está terminado es mejor pasar por un colador toda la farsa para quitarle todo el posible exceso de aceite.

Para ir formando los escalopines se pone en la tabla un filete, hay que salpimentarlo con mucho cuidado para que no tenga exceso de sal, coger una porción de la farsa y colocarla en el centro, cortar un trozo de paté, como para cubrir el relleno, y ponerlo encima de éste. Con cuidado hay que cerrar el filete en forma de rollito y para que no se abra unir ambos extremos con un palillo.

Se van haciendo el resto de los filetes y se colocan en una fuente apta para el horno, se le echa por encima media cucharada del aceite que ha soltado la farsa y en ese momento se le pone encima también un poquito de nuez moscada y unas hebras de tomillo.

Se ponen con el horno precalentado a 180 grados durante 20 minutos, pero a los 15 minutos se sacan, se les quita el palillo y se les añade un chorrito de vino blanco. Cuando están se les quita el jugo y el aceite que hayan soltado.

Hay que hacer una salsa bechamel, para la que podemos utilizar el aceite y el jugo que han soltado los escalopines. Tiene que ser una salsa ligera a la que podemos añadir un poco de queso tierno.

Y por último hay que hacer los crujientes, por un lado hay que freír en abundante aceite muy caliente el puerro pero cuidado con quemarlo, y por otro lado para hacer los chips de calabacín hay que enharinar las rodajas de calabacín y freírlas también en abundante aceite muy caliente.

Para montar el plato ya por último, hay que poner unas cucharadas de salsa bechamel en el fondo, poner 2 ó 3 escalopines encima y por último colocarles los crujientes, tanto el puerro como las chips de calabacín. Y buen provecho.



Tarrina de yogur con fresas.

Hemos dado muchas vuelta a lo largo de los años, hemos recorrido prácticamente la mitad del territorio nacional. Soy de Almonacid de Zorita, un pueblecito de Guadalajara, aunque nací en esta última, pero por una cuestión técnica, cuando yo nací las mujeres ya podían ser trasladadas a Guadalajara al hospital. 

Años después vivimos en otro pueblecito muy pequeño también de Guadalajara, tan pequeño que no teníamos ni siquiera pan, nos lo traía en panadero de otro pueblo y las señoras salían al oído del pitido de su furgoneta.

Este panadero de Budia era mítico, y todavía hoy lo recordamos con una sonrisa en la cara: traía, además de pan, secos. Unas tortas de aceite y azúcar que no creo que se nos olviden ni a mi hermana ni a mi en toda nuestra vida.

La última vez que estuvimos en Almonacid y de vuelta a nuestro lugar de residencia pasamos por Budia buscando precisamente secos. No había, de hecho no es la primera vez que nos pasa lo mismo, pero ya que estábamos allí cogimos algunas cosas, en concreto mi madre cogió unas tortas tipo españolitas.

La verdad es que yo no las hubiera cogido, las veía muy grandes y con mucha canela, pero de sabor son muy ricas, y lo mejor es que viendo el número que venían en la bolsa, seis creo recordar, pensé que algo habría que hacer con ellas.

Claro, a eso se unió que en casa teníamos vino dulce de Bodegas Mariscal, de Mondejar, muy cerca de Almonacid donde habíamos estado la pasada Navidad en busca de algunas botellas de vino.

Al final dicho y hecho, por su tamaño las tortas eran óptimas para recortarlas y ponerlas de base a tarteletas de queso, o de yogur, teníamos vino dulce riquísimo y al final salió lo que salió.


 

Ingredientes.

     - tortas tipo soletilla o españolitas.
     - 10 ó 12 fresas.
     - 3 cucharadas soperas de azúcar.
     - 3 cucharadas de vino dulce.
     - 2 yogures naturales azucarados.

Preparación.

Hay que limpiar las fresas, reservar 2 y las demás hay que cortarlas en trozos pequeños, más o menos de medio centímetro. Una vez que están cortadas se ponen en un bol y se les echa el azúcar y una cucharada de vino dulce, se tapan con un poco de papel film y a la nevera. Tienen que esta al menos 12 horas para que las fresas suden.

Hay que coger un vaso de presentación, por ejemplo los vasos de whisky están bien porque son anchos y no muy altos. 

En el fondo hay que poner una base de las tortas tipo españolitas, con cuidado se recorta con el tamaño del vaso y se mete hasta la base del mismo. 

Se escurren las fresas que habíamos cortado el día anterior y se reservan con 2 cucharadas del sirope que han escurrido y 1 cucharada de vino dulce. Al resto del sirope se mezcla con la otra cucharada de vino dulce y con eso se empapan las tortas que están ya en el vaso.

Encima se ponen un par de cucharadas de fresas, una capa de 1 ó 1'5 centímetros más o menos, y encima se pone un yogur natural, una capa que sea casi como lo que ya tenemos. Nosotros utilizamos yogur desnatado azucarado, al final es a lo que te acostumbras, si vas a utilizar otro tipo de yogur no hay problema, pero recuerda azucararlo un poco para que no sea ácido.

Hay que llevarlo al frigo al menos 1 hora antes de comerlo para que coja los sabores y esté fresquito. Y cuando se sirva hay que terminar con la decoración: lo primordial es echar por encima una cucharada de las fresas cortadas a trocitos con una parte de la mezcla de sirope y vino dulce, y por ejemplo se puede cortar una fresa en cuatro trozos para, o en forma de abanico.

También puedes utilizar el yogur pero haciendo una gelatina.

Para ello tienes que utilizar un poco de nata líquida, calentarla y añadirle el espesante que quieras, llevarlo a ebullición y añadirle los yogures. En el momento de poner la capa de yogur en el postre, y previamente atemperado un poco, pondrás en vez del yogur natural, la gelatina, y en ese caso sí que hay que llevarlo al frigo para que el espesante actúe y se forme la gelatina.