La casa de mis abuelos era una casa de labradores, creo que ya lo he dicho alguna vez.
Eso supone que se tomaba leche o café muy, pero que muy temprano, luego los hombres se iban al campo, y se llevaban el almuerzo para la media mañana, para reponer fuerzas y seguir trabajando.
Claro, el almuerzo no era un poco de fruta y algo de pan. Ni mucho menos. Había que preparar un buen almuerzo, porque el trabajo era duro.
Además y por otro lado, no se tiraba de nada, nunca les faltó de comer, había huerto y había corral para tener buena materia prima, pero eran tiempos duros.
Con estas dos premisas tenemos algunas de las recetas de mi abuela de chuparse los dedos, una de ellas es la del EMPEDRAO, una forma de aprovechar las judías guisadas que hubieran quedado de un día anterior.
Ingredientes.
- Judías blancas guisadas, lo mejor es que sean del día anterior y son necesarios como una ración para 2 personas.
- 1 vaso de arroz.
- 1/2 tomate sin piel y muy picado.
- 1/4 cebolleta muy picada.
- 1 pimiento verde mediano, éste picado grande para que luego el que no lo quiera lo pueda quitar.
- 2 chorizos cortados en rodajas.
- 2 dientes de ajo.
- 1/2 cucharadita de pimentón dulce.
- 1/2 pastilla de caldo de carne concentrado.
- 3 ó 4 vasos de agua o mejor de caldo de ave.
- Una pizca de azafrán.
- Una pizca de colorante.
- Comino
- Sal.
- Aceite.
Preparación.
Hay que poner en una cazuela un poco de aceite y se pone a pochar el tomate pelado, la cebolleta y el pimiento verde. Los dos primeros se ponen muy picados para que posteriormente desaparezcan en el guiso, y el pimiento verde en trozos más grandes para que aquél a quien no le guste lo pueda quitar de su plato.
Se corta el chorizo en rodajas y se incorporan a la cazuela cuando las verduras están casi pochadas, se le dan unas vueltas para que se sofría un poco y se añade 1/2 cucharadita de pimentón dulce. Hay que darle unas vueltas a fuego bajo para que se no se queme y después se añade el arroz.
Al arroz hay que darle unas vueltas con el resto de los ingredientes e inmediatamente añadir el agua o el caldo de ave si se tiene. Hay que tener en cuenta que es mejor añadirlo caliente, y a pesar de eso dejarlo que rompa a hervir.
Una vez que está hirviendo es cuanto se tiene que arreglar el guiso: se añade el azafrán y el colorante, se machacan en el mortero 2 dientes de ajo y unos granos de comino (cuidado con el comino que es muy fuerte), se añade un poco de sal y si lo que tenías era agua se puede echar 1/2 pastilla de concentrado de carne, pero cuidado si has añadido caldo, ya tendrá la sal correspondiente y puedes dejarlo salado.
Hay que dejar que el arroz se vaya haciendo poco a poco y cuando está al dente y le faltan unos minutos todavía, se añaden las judías blancas guisadas del día anterior y se rectifica de sal. Se añaden al final al guiso puesto que las judías están hechas ya ,y lo único que es necesario es que todo coja los sabores en la cacerola.
Éste es el "empedrao" que hacía mi abuela y que ahora hace mi madre. Es un plato potente, muy potente y que no es para comer todos los días, ni mucho menos, únicamente muy de vez en cuando, en los días de frío invierno.
Otra receta muy buena que dejaremos para otro días es la de guiso de judías blancas pero en vez de con arroz con patatas fritas ... Sí con patatas fritas, impresionante! pero esa la dejaremos para otro día.
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