sábado, 13 de septiembre de 2014

Pan ... con chorizo, queso ...

Cuando el pan se amasaba en casa y había que llevarlo a la tahona a cocer, quién de nuestras abuelas o incluso nuestras madres no ha hecho algún panecillo habitualmente con chorizo?

Mi madre recuerda cuando mi abuela iba a la tahona a cocer el pan, a la vieja tahona del pueblo que yo también recuerdo pero ya unos cuantos años después. Me acuerdo del señor Antonio, que para mi era un señor muy mayor y que seguía al pie del cañón todos los días. 

La tahona era un lugar lleno de vida, de mujeres que iban a cocer el pan, con chascarrillos, murmullos, risas ... Mi madre recuerda que a veces la abuela cocía además del pan unos panecillos en forma de pato o cisne, unas formas muy básicas, que llamaban "parajitas", y otras veces panecillos con un poco de chorizo dentro. Realmente no era más que pan, pero al final eran pequeñas chucherías para los niños.
 
Actualmente en muchos sitios a los que vas puedes encontrar panes cocidos rellenos de chorizo, los más conocidos quizás los "bollos preñaos".

Estos bollos se han realizado tradicionalmente cuando eran las mujeres las que cocían el pan y supongo que la causa para utilizar el chorizo es que era un producto del que en los pueblos no se carecía porque en casi todas las casas se hacía matanza. Solían vivir de la agricultura y tenían gallinas, conejos y algún cerdo para la matanza y aprovisionar la despensa para una buena parte del año. Mis padres se acuerdan de que, cuando mi padre ya como novio formal de mi madre comenzó a entrar en casa de mis abuelos, dio buena cuenta de los chorizos guardados en las ollas en aceite, que ellos ya no los querían.

Pero no es de lo único que se pueden hacer panecillos o bollos rellenos. Personalmente, y en mi casa, nos encanta el queso ... queso tierno o fuerte, de oveja, de cabra o de vaca ... queso. O se puede hacer pan de tomate y orégano, o rellenar con un rico paté. Al final estamos en lo de siempre ... la cocina es imaginación y con buenos productos pocas veces van a salir cosas malas.

En esta ocasión, como en otras ocasiones, me he decantado por bollos preñaos y pan de queso. 


Ingredientes:
 
   - 500 grs. de harina y un poco más para enharinar las superficies.
   - 20 grs. de levadura de pan, y si no tienes pues 2 sobres de levadura de pan.
   - 1 chorro de vinagre, como 25 mls.
   - 1 buen chorro de aceite de oliva, como 40 mls.
   - 300 mls. de agua templada aproximadamente.
   - 1 cucharadita de postre de sal.
   - Tomillo y orégano.
   - 2 chorizos.
   - Queso, del que más te guste, yo he mezclado uno tierno y otro fuerte de Roncal.

Lo primero que hay que hacer es el relleno, porque cuando el pan esté hecho lo dejaremos fermentar con el relleno ya metido.

También deciros que habitualmente me gustan más los bollos pequeños, casi de pincho, se hacen más rápidamente en el horno y además te permiten probar panes de diferentes rellenos. Por eso todos los productos con los que vayamos a rellenar los bollos tienen que ir en pequeños trozos. 

Hay que picar el chorizo en cuadrados como de 1/2 cm. de lado, hay que reservar el 90% y el resto hay que ponerlo en una sartén con un poco de aceite de oliva a freír para hacerlos crujientes, tras ello los reservamos.

Hay que hacer un crujiente de queso, para ello ralla y trozo de queso tierno y pica todo lo que puedas un trozo de queso curado, yo he utilizado un queso de Roncal pero puedes utilizar otro. En una bandeja de horno cubierta con papel de horno hay que poner pequeños montocitos de queso tierno y añadirles por encima el queso curado picado, y meterlo al horno precalentado a 200-225 grados durante 10-12 minutos, verás que el queso se va poniendo tostado, con un color camel y ése es el momento que sacarlo y dejarlo enfriar, y una vez que está frío tienes que picarlo en trozos pequeños.

Hay que machacar en un mortero un poco de tomillo y de orégano y reservarlo.

Para hacer la masa de pan yo cojo un bol grande y añado la harina, la sal y la levadura, si utilizo la de sobre, y lo remuevo bien. Si utilizo la levadura de pan la diluyo en un poco de agua templada y se la añado a la mezcla de harina y sal. Luego hay que añadir el vinagre y el aceite y mezclar con un tenedor grande, y poco a poco empezar a echar el agua templada para ir mezclando todo bien. Se le puede echar también un huevo, hay mucha gente que lo hace.

Cuando la masa está casi mezclada la echo sobre una mesa y es cuando comienzo a amasar con las manos. Hay gente que en la mesa hace un volcán con la harina y en el centro va añadiéndole los demás ingredientes, pero a mi me resulta más lioso porque el agua que vas añadiendo se va por lo lados, y lo mismo pasa con el aceite y el vinagre, vamos que al final es un lío. Mientras que cuando la masa va a la mesa utilizando el bol previamente, los ingredientes líquidos ya están casi metidos en la harina y desde luego que no escurren por ningún lado como para amasar con las manos cómodamente.

Hay que amasar bien, que todos los ingredientes queden bien integrados, y que quede una masa homogénea y blanda, nada de dura, si tuvieras que utilizar un poco más de agua no pasa nada. En el último momento añades el tomillo y el orégano machacados para integrarlos con los últimos movimientos.

Tienes que separar la masa para hacer los bollos preñaos y el pan de queso. En una de las porciones de masa integrar el chorizo picado crudo y amasar todo de nuevo bien, y en la otra porción de masa hay que meter el 90% del crujiente de queso picado y también amasar bien de nuevo.

Con la masa con chorizo hay que hacer bolas como un huevo pequeño, darles forma redondeada e ir poniéndolas en una bandeja de horno con papel de horno, aplastarlas pero solo un poco, hacerles un corte en forma de cruz encima y ponerles encima un poco del chorizo del que habías frito y reservado.

Con la masa con queso hay que ir haciendo lo mismo, pero esta vez hay que coger un poco más de masa, aunque no mucha, y darles forma alargada, ponerlas en una bandeja de horno sobre papel de horno, darles un corte alargado encima y por último echarles por encima un poco del crujiente de queso.
 
Las bandejas (o la bandeja) tiene que taparse con un paño e ir al horno a fermentar, al horno que tras haber hecho el crujiente de queso todavía tiene que estar un poco templado. Lo dejamos al menos 1/2 hora, pero con el horno apagado, no queremos cocer todavía el pan, únicamente que fermente a un poco más de temperatura que la ambiental, o sea que cuidado con la temperatura del horno no vaya a ser que se cuezan.
 
Pasada esa 1/2 hora (y si es un poco más mejor) se quitan los paños que cubren los bollos y se pone el horno a 180 grados durante 10-15 minutos, según el tamaño de las piezas individuales.

Variedades hay muchas. Porqué no unos bollitos con un trozo de paté dentro? Y unos pequeños panes de tomate? Para ellos utilizaremos tomate maduro rallado sin piel y sin pepitas. Y si a los de queso le añadimos un crujiente de jamón o les ponemos en el interior un trocito de queso tierno?
 
Para gustos colores, pero si los hacéis espero que os salgan ricos independientemente de con qué los rellenéis.



 

domingo, 7 de septiembre de 2014

Galletas.

Llega septiembre y numerosas editoriales comienzan a editar publicaciones en fascículos, con el aliciente de que ese primer fascículo trae algún reclamo interesante.

Eso no sería nada nuevo para mí si no estuviera Oier, mi sobrino con casi 5 años, un niño al que le encanta Mickey Mouse (como a casi todos) y que para sorpresa de todos le encanta la cocina.

Como ocurre en muchos casos, ha estado mucho en casa, mi hermana y su marido trabajan o sea que la yaya y el yayo se han ocupado mucho de él, y con la yaya ha estado muchas veces en la cocina mientras cocinaba y ha tenido que entretenerlo en muchas ocasiones mientras cocinaba.

Después, cuando ya comenzó el colegio, ha seguido mucho en casa y mientras ha estado y yo he cocinado no he tenido ningún temor en meterlo conmigo a la cocina, con mucho cuidado lógicamente, en ocasiones incluso para entretenerle haciendo algo divertido para merendar como papartas. Eso también animó a su madre, que desde hace algún tiempo también juega con él en la cocina, y de hecho durante el pasado invierno muchas tardes hizo bizcochos para merendar y que estuviera entretenido.

Claro, cuando vi un fascículo que traía como regalo un molde para hacer galletas con la cara de Mickey Mouse lo primero que pensé fue en comprarlo. Menuda sorpresa le iba a dar a Oier haciendo galletas con la cara de Mickey.

Y dicho y hecho. El fascículo estuvo varios días en casa hasta que llegó Oier. Ese día solo estuvo un ratito y no nos daba tiempo a hacerlas, pero le prometí que las haríamos otro día que estuviera más tiempo y el jueves vino a quedarse a dormir, claro, ya era tarde y no nos íbamos a poner a hacerlas, o sea que tuve que volver a prometerle que al día siguiente las haríamos de verdad.
 
A las 22'00 horas, después de pasar toda la tarde en el centro viendo el mercado medieval que se hace con ocasión de la celebración del Privilegio de la Unión, nos tuvimos que poner a hacer galletas ... "porque se lo había prometido, eh!".



Ingredientes:

   - 200 grs. de mantequilla.
   - 200 grs. de azúcar glass.
   - 1 huevo.
   - 400 grs. de harina.
  - 100 grs. de cacao (Cola Cao que era lo que tenía en casa).

La verdad es que es una elaboración muy sencilla. Hay que poner en un bol grande la mantequilla a punto de pomada para poder trabajarla, añadirle el azúcar y batir todo hasta que quede cremoso. Se añade el huevo y hay que continuar batiendo para incorporarlo a la mezcla. Solo queda incorporar la harina y el cacao poco a poco (yo lo he hecho con un colador para tamizarlo y que no queden grumos), sin dejar de mover hasta que quede una pasta homogénea.
 
Ya tienes la base hecha y ahora hay que ir dando forma a las galletas. Hay que extender la masa con un rodillo hasta que tenga como medio centímetro de grosor y en ella ir haciendo galletas con los moldes, ir cortando las galletas con las formas que quieras o ir formando bolitas que posteriormente aplastar para formar galletas más tipo pasta tradicional.  Mi recomendación es que extiendas la masa con el rodillo sobre papel de horno, de forma que posteriormente puedas cogerla y ponerla sobre la bandeja del horno de una forma fácil y sin que se rompa.

Una vez que tienes las galletas formadas hay que meterlas al frigorífico al menos media hora y tras eso hornearlas entre 12 y 14 minutos a 180 grados (lógicamente si son un poco más gruesas hay que dejarlas algún minuto más y si son muy finas hay que sacarlas algún minuto antes).

De la decoración que tenían prefiero no hablar ... Oier estaba empeñado en que la hiciéramos y la verdad es que no tenía ni idea, había ingredientes de los que no había oído hablar en la vida (clara de huevo en polvo!). Pero lo cierto es que tampoco es necesaria, las galletas están deliciosas, o al menos no es necesaria con la medida que traía la receta. 

Bueno, la receta no era exactamente así, opté por algunas variaciones y salieron bien. La primera fue sustituir parte de la harina por cacao, en concreto 100 grs. aproximadamente, y la segunda eliminar el extracto de vainilla.

Pero para otras ocasiones tengo que probar varias variantes. La masa la haré como tiene que hacerse y sin ningún tipo de añadido que de sabor, separaré varias partes y a cada una de ellas les iré añadiendo las diferentes variantes. La primera irá con extracto de vainilla y con decoración de fideos de chocolate; a la segunda le añadiré colorante rojo, para darle un toque de color divertido, y haré pastas en forma de pequeño corazón que irán decoradas con trocitos de chocolate blanco y con mermelada de fresa; y las terceras pienso en añadirles cacao en polvo y decorarlas con chocolate negro por encima. 

Veremos a ver qué sale. Pero seguro que nos reiremos Oier, la yaya que no andará muy lejos, y yo, y volvemos a lo que he comentado en algunas entradas ... son los recuerdos que se evocan, las nuevas vivencias que generan nuevos recuerdos, compartir con los tuyos, las risas ... en definitiva vivir, o sea que espero que viváis mucho y que os gusten.